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LAS CRUCES DE MALPIQUE: UNA HISTORIA DE PIRATAS

LAS CRUCES DE MALPIQUE: UNA HISTORIA DE PIRATAS

Las Cruces de Malpique constituyen uno de los puntos de buceo más atractivos de La Palma.
El
Cementerio de los Mártires de Tazacorte es un pecio formado por cuarenta cruces sumergidas que sirven de hogar a multitud de organismos marinos.
Pero, ¿qué historia hay detrás de estas cruces? ¿A quién o qué representan?¿Quiénes fueron los mártires de Tazacorte?¿Cuándo se sumergieron las cruces, y quién lo hizo?


Cruces de Malpique
Foto: Xami

En esta esta entrada de nuestro blog, trataremos de dar respuesta a estas y otras preguntas acerca del origen de uno de nuestros puntos de buceo favoritos de la isla de La Palma: El Cementerio de los Mártires de Tazacorte o Cruces de Malpique.

Estas cruces están ubicadas en la Playa de Malpique, en Fuencaliente, al sur de la isla. Sumergidas a una profundidad aproximada de 15 metros, las cruces están rodeadas de un espectacular paisaje volcánico que se extiende bajo el agua dando lugar a formaciones tan impresionantes como el gran Arco y la vistosa Torre de Malpique, delicias del buceo profundo en la isla.
Además, su cercanía a la Reserva Marina convierte este pecio en hogar para una gran diversidad de organismos marinos.
Ahora bien, ¿qué historia hay detrás de estas cruces?


Nos remontaremos al 5 de Junio de 1570.
Ese día, partía desde Lisboa una flota de 7 barcos con destino a la misión jesuita en Brasil. Una de esas naves, el Santiago, cargaba mercancías para comerciar en las Islas Canarias, Cabo Verde y Brasil. Entre los pasajeros que viajaban a bordo de este barco, estaban el padre provincial Ignacio Azevedo y otros 39 jesuitas.

Una semana después de su salida, el día 12 de junio, las 7 naves arribaron a las costas de la isla de Madeira.
Una vez allí, los mercaderes portuenses que iban a bordo del navío insistieron en separarse del resto de la flota y continuar su viaje rumbo a La Palma para comerciar. Una vez cumplida esta tarea, podrían volver a Madeira a encontrarse con los otros navíos y proseguir con su viaje al Brasil.

Avistaron la costa este de la isla de La Palma tras unos 7 días de viaje. Sin embargo, el fuerte viento les impidió atracar en el puerto de Santa Cruz de La Palma.
Viendo que el temporal no amainaba, tomaron la decisión de atracar en Tazacorte y esperar allí hasta que el viento les permitiera llegar a su destino. Allí fueron acogidos y hospedados por los señores Monteverde. Hicieron falta 11 días más para que por fin, a mediados de julio, pudieran volver al barco y proceder a un segundo intento de atracar en Santa Cruz.

Imagen actual de la casa en la que se hospedaron los cuarenta mártires de Tazacorte.
Foto: Xabi

Placa conmemorativa en la fachada de la casa.
Foto: Xabi

El galeón zarpó dejando atrás Tazacorte y puso rumbo sur para bordear la isla y alcanzar así el puerto Santa Cruz de La Palma, en la costa este.
Sin embargo, cuando navegaban a la altura de Fuencaliente, el vigía, desde el carajo, en lo alto del palo mayor, avistó cinco naves corsarias con sus proas enfiladas hacia el ¨Santiago¨. Era el escuadrón de Jacques De Sores, un corsario protestante de origen francés. Sin huida posible, los corsarios embistieron contra el galeón de Ignacio Azevedo y sus 39 compañeros franciscanos cerca de la Cueva de las Palomas.

Fue una lucha muy desigual. En ella, el capitán de la nave Santiago murió y todos los que iban a bordo se rindieron. No hubo clemencia. Jacques De Sores sentenció de muerte a los jesuitas,y los calvinistas, a los gritos de «¡Muerte a los perros papistas!» y «¡Hay que echarlos al agua!», acabaron con la vida del padre Ignacio Azevedo y sus 39 compañeros, cuyos cuerpos desnudos fueron arrojados al mar.

Placa de agradecimiento al submarinista Lorimer Monteith Lorenzo. Foto: Xabi


En 1742, casi dos siglos después, el papa Benedicto XIV declaró ‘mártires de la fe’ a los religiosos asesinados. Y el 11 de Mayo de 1854, el papa Pio IX declaró su beatificación.
El 5 de Noviembre del año 2000, tuvo lugar el hundimiento de las cuarenta cruces, promovido por el director del Museo Naval de La palma, en homenaje a los ‘mártires de Tazacorte’.
Nuestro amigo Lorimer Monteith Lorenzo fue uno de los submarinistas encargados de su colocación en el fondo del mar, a una profundidad aproximada de entre 15 y 20 metros.

‘Las Cruces de Malpique’ son, hoy, cerca de cumplirse el 450º aniversario de esta historia de piratas, uno de los puntos de buceo estrella de la isla, con un paisaje único, repleto de vida y accesible a buceadores certificados de todos los niveles.



Las Cruces de Malpique.
Foto: Reichel
admin

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